Tras cerrarse las fronteras argentinas como consecuencia de la pandemia, muchos hoteles de la ciudad de Buenos Aires se volcaron a colaborar con el Gobierno de la Ciudad para alojar a los argentinos repatriados que debían hacer una cuarentena especial hasta descartar que estaban infectados.
Esta semana tuve la oportunidad de conversar con uno de los hoteles que se sumó a la iniciativa del gobierno porteño.
Durante este período el Gobierno de la ciudad se hizo cargo de todo: de la limpieza, la lavandería, la comida e incluso de la atención de las personas alojadas.
El personal del hotel no estuvo afectado a la operación, pero una vez que finalizó el período de repatriación y cuarentenas preventivas, el hotel tomó nuevamente la operación. Después de haber realizado acuerdos con obras sociales y ART, el hotel comenzó a alojar a pacientes leves o asintomáticos. De esta manera, las camas de hospitales y clínicas quedan liberadas para pacientes que requieren cuidados intensivos.
Se armaron equipos de trabajo que trabajaban de manera alternada: así se aseguraban que siempre el mismo equipo trabajaba junto y que no se intercambiaban los integrantes de un equipo con otros, limitando de esta forma la posibilidad de contagios masivos. Por suerte nadie se contagió.
Como es la operación
Dependiendo del acuerdo realizado con cada obra social o ART el alcance del servicio es diferente. Pueden incluir desde ingresos más espaciados para realizar la limpieza de la habitación hasta kits de limpieza para que el mantenimiento lo hagan los mismos huéspedes.
Cada vez que un paciente es dado de alta, se realiza una profunda limpieza de acuerdo al protocolo establecido.
Todo esto está obligando al hotel a repensar los procesos, y tendrá que hacerlo nuevamente para cuando reciban huéspedes.
Y en efecto, hay muchos procesos que los hoteleros ya tienen establecidos que ante una pandemia, debieron ser replanteados: por ejemplo, la manera en que se retiran las sábanas usadas, ya que no se trata de ropa sucia solamente, sino que es ropa con residuos patógenos.
Para poder ingresar a una habitación las mucamas del hotel deben estar equipadas con doble cofia, protección ocular, doble barbijo, doble capa de guantes, camisolín y cubre zapatos. Todo este equipamiento es provisto por el hotel.
La limpieza de la habitación se hace siguiendo estrictos protocolos y tuvieron que cambiar productos. Se utilizan productos de limpieza especiales que en su base contienen amonio cuaternario, un desinfectante eficaz frente al virus que tiene mejor rendimiento que la lavandina, no es corrosivo y no mancha ni destiñe la ropa. Para limpiar ya no se usan trapos sino material descartable.
En la recepcion se colocó un panel divisor para aumentar la protección de los empleados. El check in se coordina previamente, logrando que los huéspedes al arribar puedan dirigirse acompañados por quien les hacen el traslado, a su habitación evitando la interacción de los huéspedes en el Lobby. Los recepcionistas también colaboran con el mantenimiento de la sanitización de su área de trabajo, de la sanitización del Lobby y ascensores, tras ser utilizados por pacientes.
Por supuesto, el alcohol en gel está presente en todas las áreas públicas del hotel.
Uno de los sectores más complejos es la cocina: los protocolos exigen que no se utilice el servicio de buffet, que la vajilla sea descartable y las comidas salgan de la cocina en envases cerrados.
Por otra parte también podemos sumar la gestión de Ventas que hoy en día contacta a los huéspedes cada 2 o 3 días para consultarles cómo están, organizan juegos virtuales a través del WhatsApp con ellos como una forma de entretenerlos, para que se sientan contenidos y entretenidos.
Con respecto al espíritu del equipo, al principio el personal tenía mucho miedo. De hecho, hubo muchos que no soportaron trabajar en este nuevo entorno y por eso tomaron una licencia. En este sentido, hubo que conversar mucho con el personal, escuchar sus inquietudes y sus miedos.
Lo interesante es que con el paso de las semanas, la gran mayoría del personal ya se adaptó a trabajar en esta “nueva normalidad”.
Muy buen informe Mariana. Que interesante que se de lugar para pacientes leves en los hoteles. Descomprime los hospitales y a su vez permite que la hotelería tenga funcionamiento
Asi es Gon.
Ahora, que loco es que hablemos de “pacientes” dentro de un hotel y no de “huéspedes”. Live and learn. 😉
Si! Es verdad! Todo va cambiando! Hasta el uso de los hoteles. Quien te dice, que para patologías leves no se terminen usando y sea un servicio mas.
Son muchos los hoteles que están aún alojando pacientes contagiados y de repatriación? De todas formas son privilegiados los que aún pueden trabajar, ro no dejan de estar en riesgo y es un peligro.
Hoy no hay hoteles afectados a recibir repatriados, ya que los que están llegando, van a sus casas a hacer a cuarentena, obviamente si salen negativos. Si salen positivos, entonces sí se quedan en un hotel. Recordá que al principio de la cuarentena, todos los que llegaban del exterior tenían que hacer una cuarentena obligatoria en los hoteles. También al principio llegaban más repatriados. Hoy no tanto.
Con respecto a la “suerte” de trabajar, es una dura decisión, ya que si bien de esta manera siguen operativos, esa operación no es la misma: no se dan los servicios habituales, no todo el personal quiere trabajar, con lo que han tenido que dar licencias pagas.
Por el otro lado, hay que destacar que si bien se han logrado acuerdos corporativos, lo que paga una obra social o una ART en concepto e alojamiento no es lo mismo que lo que hubiera pagado un turista.
Y tal cual lo decís, no dejan de estar en riesgo y es un peligro.
Hermoso el blog, sin desperdicios, los invitamos al nuestro, saludos cordiales