En las últimas semanas y tras las aperturas de hoteles en destinos europeos, hemos visto que los procedimientos de higiene pasaron a ser el centro de la experiencia hotelera.
¿Es solamente eso lo que busca el cliente?
La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar en el video promocional de Kempinski y su estrategia de “Guante blanco”: higiene, higiene y más higiene. Cualquiera que se sienta inseguro, pero quiera viajar, seguramente deseará alojarse en algún hotel Kempinski.
Al mismo tiempo, a medida que vemos la apertura de los países, también observamos que las personas están muy cansadas de hablar sobre COVID-19 y solo quieren vivir la vida como personas normales (si es que de alguna manera podemos volver a “esa normalidad”).
Encontramos que nuestros huéspedes se dividen en dos grupos:
- El grupo de huéspedes asustados para quien la higiene y la seguridad son el elemento más importante a considerar.
- El grupo de huéspedes sin miedo, que piensa que esto es solo otro capítulo de la gripe y quiere vivir la vida como siempre.
Tendremos que tener en cuenta a ambos grupos, sabiendo que el comportamiento frente a una pandemia como ésta es variado.
La higiene es importante y eso es un hecho. En la hotelería los huéspedes esperarán todas las medidas de higiene adecuadas, pero no querrán sentir que están dentro de un hospital.
En definitiva, sin bien es muy importante transmitir la seguridad sanitaria, al final de cuentas, el huésped quiere quitarse el barbijo, pasar un buen rato y confiar en que estamos haciendo lo correcto.
Por eso si bien haremos foco en transmitir confianza en que nuestro establecimiento es seguro, no hay que perder de vista que nuestros huéspedes buscan ser atendidos y ser mimados, sabiendo que se los está cuidando.
Por eso eligen ir a un hotel.