Secretos de hoteleros: Como fue que ingresé en la hotelería

Quiero compartir con todos algunos aspectos no conocidos de los hoteleros. Nobleza obliga, por eso comienzo contando los míos. 

Comencé a estudiar Turismo de casualidad. Siempre fui muy curiosa, y tenia intereses variados. Eso puede ser un plus, pero a la hora de decidir qué carrera seguir, me jugó en contra. ¿Por que? Simplemente porque me gustaban muchas cosas, y a la hora de decidir específicamente qué estudiar….no sabia que hacer! Me gustaba geografía, me gustaba historia, me gustaban los idiomas, me gustaba la psicología, pero no estaba tan profundamente convencida para segur esas carreras. Asi que de casualidad llegue a la Licenciatura en Turismo, que tenia de todo un poco: arte, geografía, historia, psicología y las materias técnicas de Turismo. Sin mencionar que me amo viajar! Eso inclinó la balanza y comencé los estudios de Turismo, en la querida Universidad del Salvador, de la ciudad de Buenos Aires.

Una vez adentrada en la carrera, había que decidirse por algún sector especifico del Turismo: transportes, agencias de Viajes u hotelería. Tuve practicas en los dos primeros sectores, y mucho no me convencieron. Hasta que llegue a mi primer trabajo: hice temporada de verano en el Viejo Hotel Ostende. Que les puedo decir: me enamore! Me rendí ante ese divino hotel con toda su historia, amé trabajar con los huéspedes, y la locura que implica estar en un hotel de playa en temporada de verano. Y lo mas importante: había encontrado mi lugar en el mundo!

Ese verano de 1989 tomé la decision: yo quería ser hotelera! Asi es como trabajé, estudié y logré ganarme una beca para ir a estudiar a EEUU lo que mas amaba en el mundo. Corría el año 1990, y después de aplicar a varias universidades, me aceptaron en Appalachian Sate University, en Carolina del Norte.

Fue una experiencia inolvidable, no solo por lo que aprendí en las aulas, sino también por lo aprendido fuera de ellas: aprendí de la cultura norteamericana, conviví con alumnos de todas partes del mundo, y sobre todo, aprendí mucho de mi misma, de mi cultura y de cuanto me gusta mi país.

Al regreso de esta experiencia, tuve la suerte de comenzar mi carrera en la hotelería mayor, y en Diciembre de 1991 aterricé en el Buenos Aires Sheraton Hotel. Mi comienzo fue bien de abajo: empece como Telefonista, en las épocas en que todavía se usaba el télex y el fax. Si, historia antigua.

Amé cada minuto que estuve en el hotel, porque me enseñó muchas cosas de la profesión, y sobre todo, me enseñó a amar el servicio hacia el huésped, me enseñó sobre la hospitalidad y sobre todo, aprendí que este es un gran negocio en el cual el limite es infinito.

Después de casi 9 años en el Sheraton, decidí que era momento de tomar nuevos rumbos y animarme a otros desafíos, que ya les contaré en otros posts.

Por ahora los dejo con este pensamiento: hay que buscar qué es lo que hace que nuestro corazón vibre, y hasta no alcanzar ese sentimiento, no hay que parar.

La vida es una sola y no podemos conformarnos con menos que eso.